Muchos millones de veces hemos hablado en este nuestro blog sobre cómo desarrollar una estrategia para posicionar una página web en Google. Y la respuesta siempre es la misma: satisfaciendo los parámetros a los que responde el algoritmo de posicionamiento creado por los desarrolladores de la compañía. Claro está dicho algoritmo se mantiene en receloso secreto. Piensa que si fuese público, todas las empresas tendrían la oportunidad de imitar los comportamientos del miedo y Google dejaría de ser tan especial.

Pero una cosa es que no conozcamos la geometría exacta del algoritmo de Google y otra muy distinta que sea un completo desconocido. Porque no lo es. Al menos para los profesionales que trabajamos en el mundo del posicionamiento SEO desde hace muchos años. A fin de cuentas, y mediante ensayo y error, los especialistas conocemos los factores que hacen que el algoritmo ame tu sitio web o lo odie. ¿Pero estás preguntándote en lo más profundo de ti qué es un algoritmo en primer lugar? No estás solo. Y vamos a iluminaros.

Cómo funciona un algoritmo

Un algoritmo es una fórmula de información personalizada con carácter instructivo, ordenado, definido y dirigido a realizar una tarea específica. En el caso del posicionamiento en Google, dicha tarea específica es buscar en la base de datos de Google, consecuencia de la indexación de sus robots, y evaluar qué sitios web cumplen con los requisitos de búsqueda del usuario para mostrárselos ordenados en una SERP. Obviamente existe una complejidad masiva tras ese procedimiento. Los algoritmos son auténticas proezas.

En cierto sentido, el algoritmo informático representa un paso previo a la escritura del propio código, pues es la instrucción que dará sentido al código y al software. Su funcionamiento tiene lugar a través de diversas partes bien diferenciadas. En primer lugar encontramos el input, también conocido como entrada, que es la información que proporcionamos al algoritmo para que trabaja posteriormente. En el caso de la posición de contenidos en una SERP, el input es la base de datos indexada que posee Google.

En segundo lugar encontramos el propio proceso. Es, en resumidas cuentas, el procedimiento que emplea el algoritmo para dar con la solución. Son las instrucciones concretas que determinan la naturaleza de acción y, por tanto, esta parte es el verdadero quid de la cuestión, lo más especial del algoritmo. En tercer y último lugar hallamos el output, también conocido como salida. Es la muestra de los resultados. Cuando hablamos de posicionamiento de página web en Google, el output son las clásicas SERPs.

Características de un algoritmo

Los algoritmos suelen utilizarse para una enorme cantidad de utilidades. Lógicamente, donde más vemos al algoritmo es en entornos muy complejos en los que se requiere una automatización de ingentes cantidades de datos. Hablamos de entornos matemáticos, entornos informáticos u entornos de física. Pero el algoritmo es tan sumamente útil, especialmente cuando tiene verdadera calidad, que comenzamos a verlo en cada vez más ámbitos de la vida. Guía la capacidad de cálculos de los sistemas hacia una utilidad concreta.

Pero estén donde estén, tengan la cara que tengan y ofrezcan la calidad que ofrezcan, los algoritmos poseen siempre unas características fundamentales. O al menos deben poseerlas, salvo que sea un desastre. Y entre estas características fundamentales del algoritmo como fórmula de información personalizada hallamos la precisión: el algoritmo debe tener un objetivo claro sin ambigüedad. Esto ocurre con cualquier otro punto de liderazgo instructivo, ya sea humano o animal. La falta de claridad conduce al caos y el error.

Además, los algoritmos, ya sean dedicados a la optimización de búsquedas, al reconocimiento facial o otro tipo de objetivo, deben ser ordenados, finitos, concretos y definidos. A fin de cuentas, no puede ser caótico, no puede tener un número ilimitado de instrucciones, no puede querer abarcar la solución al universo y no puede dar resultados dispares para inputs idénticos. A partir de aquí, los algoritmos alcanzan una calidad y una productividad muy alta. ¿Pero sabías que existen muchos tipos de algoritmos distintos?

Tipos de algoritmos

Ahora que ya conoces qué es un algoritmo, es hora de adentrarnos en otra cuestión importante: la variedad de algoritmos que existen en la actualidad. Pero lo interesante es que podemos dividirlos según criterios de categoría muy diferente. Por ejemplo y en cuanto al sistema de signos, el modo en que dan las instrucciones, diferenciamos entre los algoritmos cuantitativos, que las aportan en lenguaje matemático, y los algoritmos cualitativos, que los dan en lenguaje lógico. Cada conjunto de operaciones requiere una solución.

Además, también distinguimos entre algoritmos computaciones y no computacionales en funcion de si usan ordenadores o no para funcionar. Lógicamente, los algoritmos computacionales están ganando ventaja cada año debido al desarrollo de las tecnologías informáticas. De hecho, los ordenadores cuánticos, con potencias muchísimo, pero muchísimo, más elevadas que los ordenadores convencionales, pueden llevar a cabo estos algoritmos a una velocidad de cálculos espectacular. Pero la cosa no termina ahí.

Ejemplos de los algoritmos más importantes

Porque nos queda la clasificación de algoritmos más importante de todas: la clasificación por función. Aquí es donde encontramos los nombres habituales asociados a estos elementos. Entre ellos, encontramos, cómo no, los algoritmos dedicados a la posición de contenidos, también llamados algoritmos de búsqueda. Y los ejemplos se nos caen de las manos: el algoritmo de Google, el algoritmo de Facebook, el algoritmo de Flickr, el algoritmo de Amazon o el algoritmo de TikTok son solo algunos de los más populares.

Le acompañan los algoritmos de ordenamiento, entre los cuales encontramos de tipo burbuja, rápidos y por selección. También están los algoritmos voraces, los algoritmos de programación dinámica y los algoritmos probabilísticos, categoría dentro de la cual hallamos el Algoritmo de Montecarlo y el Algoritmo de las Vegas. Prácticamente cualquier herramienta digital avanzada, sea una red social o cualquier otra, usa algoritmos a partir de los cuales trabaja. Una idea, una fórmula de información personalizada.

Cómo crear un algoritmo

Para crear un algoritmo, lo primero que debemos tener muy claro es el objetivo. A fin de cuentas, no se crea un algoritmo porque sí. Como ocurre con cualquier conjunto de instrucciones, deben estar enfocadas en un propósitos muy concreto. Así que la primera fase de desarrollo consiste en aclarar este punto. Una vez esté muy nítida la finalidad del algoritmo, tendremos que comenzar a precisar las instrucciones en el lenguaje de programación pertinente hasta crear la fórmula de información personalizada.

Pero no nos flipemos. Al fin y al cabo, los algoritmos son, como ya hemos comprobado, componentes de una tremenda complejidad. Y una cosa es explicar aquí cómo funcionan, qué partes tienen y cuáles son sus más destacadas características, y otra muy diferente crearlo desde cero. En ese sentido, y si necesitas crear algún algoritmo para realizar operaciones avanzadas, contratar a especialistas en la materia. Las chapuzas no se caracterizan por ser sostenibles. Esperamos haberte ayudado. ¡Hasta la próxima!