Es, sin ninguna duda, una de las métricas más importantes en el marketing digital, especialmente en todo lo que tiene que ver con el rendimiento de un sitio web. Su concepto es claro: la tasa de rebote de una web te informa del porcentaje de visitantes que entran a tu sitio y salen sin interactuar con el contenido.
Es una métrica triste. Es como si pudieras saber cuántas personas han visto tu perfil de Tinder y han pasado completamente de él. No obstante, y una vez recuperados del golpe, la realidad es que debes conocerlo todo acerca de tu tasa de rebote para poder mejorar. De lo contrario estarás abocado al fracaso.
Qué es el bounce rate
El bounce rate, como se conoce en el mundo del marketing anglosajón a la tasa de rebote, es el porcentaje de visitantes que entran a tu web y salen de la misma sin mirar nuevas páginas ni clicar en nada. Con eso nos dicen dos cosas. Por un lado, que entraron en nuestro sitio web por error y, cuando lo descubrieron, se fueron con premura y de manera inmediata.
Por otro lado, que entraron siendo conscientes de donde entraban pero el contenido interno no les gustó en absoluto y decidieron irse inmediatamente. En ambos casos, tenemos trabajo que hacer. Primero, porque no queremos que personas que no están interesadas en nuestra web acaben en ella. Segundo, porque no puede ser que personas que lo están se sientan decepcionadas.
Porcentaje de rebote
Una porcentaje de rebote de una web muy alto indica que hay una interacción muy pobre entre los usuarios y el sitio web de la marca. Eso ya de por sí resulta pernicioso para la misma, pero es que la tasa de rebote se traduce en muchas otras consecuencias negativas para tu proyecto digital. Debes actuar para cambiarlo.
Y lo primero lógicamente es contar con el porcentaje exacto. Es importante entender que la gran mayoría de herramientas que sirven para medir el tasa de rebote de una página web expresan los resultados en cifras porcentuales. En última instancia, es lo determinante. Profundicemos un poquito más en el concepto.
Tiempo de permanencia
El tiempo de permanencia es un concepto muy relevante en marketing digital. A fin de cuentas, cuantos más minutos pasa un usuario interactuando con nuestro contenido, más interés está mostrando. Además, esto aumenta las probabilidades de que ese usuario realice una conversión o incluso una compra.
No obstante, no debes confundir la tasa de rebote con la tasa de salida. Esta última señala cuántas personas abandonan un sitio web al llegar a una página concreta del mismo, mientras que la tasa de rebote habla más bien de las personas que se van nada más entrar a cualquier lugar de la web. Matices claves.
Importancia de esta métrica
La importancia del porcentaje de rebote de una web es claro. Después de todo, los sitios web no son lugares creados por amor al arte. Por el contrario, son entornos destinados a que los usuarios interactúen, realicen acciones y efectúen conversiones. En ese sentido, una tasa de rebote muy alta los aleja de eso.
Piénsalo: si la mayoría de usuarios que aterrizan en tu sitio web se van inmediatamente sin hacer nada, está bastante complicado que se produzcan las acciones que necesitas para desarrollar tu marketing y comercio, tal como la descarga de newsletters, la solicitud de presupuestos o directamente la adquisición.
Cómo saber la tasa de rebote de una página
El porcentaje de rebote es una métrica que se calcula dividiendo las sesiones de una sola página por todas las sesiones o por el porcentaje de todas las sesiones de su sitio web en las que los usuarios solo han hecho una solicitud al servidor. Y esos números, a su vez, puedes extraerlos de una gran variedad de herramientas, la más popular de las cuales es Google Analytics.
Sin embargo, ni siquiera tienes que realizar tú mismo estas operaciones. Y es que Google Analytics contiene, entre sus diferentes métricas, la métrica de la tasa de rebote. Solo tienes que localizarla en tu panel, clicar y listo: tendrás ante ti el porcentaje de rebote de tu sitio web. Es el punto de partida para empezar a trabajar y mejorar en ello. ¿Pero cuáles son los valores óptimos?
Valores óptimos
En realidad resulta un tanto arbitrario situar la línea entre una tasa de rebote adecuada y una tasa de rebote inadecuada. Sin embargo, la norma en marketing digital es que una tasa de rebote que se encuentre más allá del 60% es una tasa de rebote elevada. Una tasa de rebote que debes disminuir sí o sí.
Ahora ya sabes cuál es la tasa de rebote aceptable: por debajo del 60%. No obstante, eso no significa que sea deseable. En su lugar, una tasa de rebote óptima se sitúa, nuevamente según el cánon marketiniano, en un porcentaje de entre el 26% y el 40%. Esos son los números a los que debes aspirar.
Consejos para reducir el bounce rate
Bajo nuestra perspectiva profesiona, existen dos líneas de actuación para una mala tasa de rebote, según las causas del problema. En caso de que dicha tasa de rebote sea consecuencia de puntos de entrada erróneos a los que acceden usuarios por accidente, debes localizarlos y eliminarlos. ¿Para qué quieres que entren en tu web de jardinería usuarios que clican en un link que pone «comprar botas de fútbol»? Está claro que no van a interesarse por el contenido de tu web.
En caso de que dicha tasa de rebote elevada sea consecuencia de un sitio web deficiente, por cualquier clase de motivo, debes ponerte manos a la obra para trabajar la web y solucionarlo. Entre los consejos genéricos más importantes están la creación de una buena estructura web, la utilización de links internos, el uso de un lenguaje compartido con tu target y la publicación de contenido de calidad. Haz que tu sitio web merezca la pena. Haz que los usuarios deseen quedarse.
Optimiza tus meta descripciones
Las metadescripciones son muy importantes puesto que aparecen en las páginas de resultados de Google, al lado del título de tu sitio web. En ese sentido, sus palabras permiten a los usuarios conocer de qué va la web que tienes antes de convencerse de clicar en ella o no. De ahí que la precisión sea tan importante.
Después de todo, si tienes una página web de camisetas de perros, pero no especificas adecuadamente eso y la metadescripción puede malinterpretarse, haciendo creer que la web va sobre consejos de perros o sobre la adopción de perros, seguramente tendrás una tasa de rebote muy elevada. Debes ser claro.
Elige las mejores palabras clave
Exactamente lo mismo ocurre con las palabras claves. Google tiene en cuenta tus keywords para posicionar tu web en un lugar u otro dentro de las SERPs. En ese sentido, si escoges las keywords incorrectas, Google te puede recomendar a usuarios que están buscando cosas muy distintas a las que tu ofreces.
Por ejemplo: tienes una empresa de fontanería y te dedicas a arreglar grifos, pero en lugar de usar palabras clave tipo «reparar grifos», utilizas palabras tipo «comprar grifos». Por supuesto, esto llevará a la confusión y disparará tu tasa de rebote. No te quepa la más mínima duda. Haz un buen keyword research.
Cuida la experiencia del usuario
Pero en última instancia la clave de todo esto es la experiencia del usuario. Un concepto que engloba todos y cada uno de los factores que intervienen en que un usuario se sienta cómodo y entretenido en un sitio web. Desde la estética y el diseño a los contenidos. Todo importa para definir la calidad de esa experiencia.
Y muchas veces el problema es tan simple como eso: los usuarios entran a un sitio web y carga lento, carece de menú, encuentra mucha publicidad invasiva o está medio vacío. Y así no se puede. Es normal que se vaya. Y, lo peor, que no vuelva nunca más. Es hora de cuidar tu sitio web y a tus usuarios como merecen.