Probablemente hayas escuchado unos doscientos trillones de veces a lo largo de estos últimos años aquello de que vivimos en la época del clickbait. ¿Pero qué es el clickbait exactamente? De modo resumido, es una técnica que consiste en esconder información o interpretarla muy libremente para generar titulares y otros contenidos textuales mucho más atractivos de lo normal. Podemos encontrar ejemplos de clickbait en todos los ámbitos del marketing digital, desde las campañas publicitarias al email marketing y pasando por todos los contenidos propios de una estrategia de contenidos.
Para qué se usa el clickbait
El clickbait tiene como finalidad principal que el usuario clique en la información. En consecuencia, eso da a la página web de destino una mayor visibilidad, lo que suele traducirse en una mayor monetización para las páginas webs que cobran dinero de la publicidad gracias a las visitas. Las revistas digitales son un ejemplo.
En esencia, y para terminar de comprender qué es el clickbait o ciberanzuelo, diremos que es una técnica de manipulación que apela a la curiosidad del usuario. Siempre se ha hecho. No obstante, últimamente se halla en unas cotas mucho más elevadas. En ocasiones incluso muy descaradas. Y eso puede ser un problema.
Psicología
En los últimos años se está erigiendo una auténtica resistencia crítica contra el clickbait. Y en cierto sentido hay motivos para ellos: algunas publicidades y algunos titulares de prensa prometen cosas que el contenido interior no proporciona. Y eso es un engaño. No importa cómo queramos verlo. Simplemente no está bien.
Sin embargo, eso no debe llevarnos a otro engaño: el de que nunca ha habido clickbait. Porque las marcas y los medios de comunicación llevan toda la vida utilizando mecanismos psicológicos para conseguir lo que necesitan de los consumidores. Sencillamente algunos portales están llevándolo demasiado lejos.
Dónde se puede utilizar el clickbait
Las técnicas de clickbait son muy variadas. Entre otras, hallamos la omisión de una parte de la información con el objetivo de crear curiosidad. O el uso de un lenguaje misterioso que genere incertidumbre, algo de suspense y ganas de seguir descubriendo. O la utilización de números. Las personas aman los números.
«Una mujer patina sobre el tejado de su hogar y lo que pasó te sorprenderá». «Nunca imaginarías lo que hay dentro del estómago de un koala». «5 cosas que mantendrán tu relación a tope». Son titulares que despiertan interés en los usuarios casi inevitablemente. Es una fórmula utilizada en muchísimos entornos distintos.
Youtube
Youtube es la principal plataforma de reproducción de vídeos del mundo. La cantidad de creadores que hay en ella es inmensa y muchos utilizan técnicas de clickbait para ganar más reproducciones. Y por eso resulta muy normal encontrar vídeos de una calidad muy pobre con millones de visitas.
El problema es que no es una práctica sostenible a largo plazo. No si quieres ser un creador de contenido de calidad. Además, los algoritmos de las plataformas digitales han empezado a penalizar estas técnicas. No es muy productivo hacerlo en 2022. No al menos si tienes proyecciones futuras en la plataforma.
Redes sociales
Las redes sociales son las plataformas digitales por excelencia. Son los sitios web en los que los usuarios de internet pasan más horas. De ahí que se hallan llenado de ejemplos de clickbait por todos lados. No importa si es Facebook, Instagram, Twitter, TikTok o cualquier otra. Te toparás con algo o mucho de clickbait.
Además por partida doble. Y es que en las redes sociales el clickbait tiene lugar tanto de manera orgánica, a través de publicaciones convencionales, como de manera publicitaria, a través de las diferentes plataformas Ads de las propias redes. Muchas marcas saben para qué sirve el clickbait y lo explotan.
Blogs
Los blogs son otro de los espacios digitales donde más abunda el clickbait. Para ello, los creadores inventan unas metaetiquetas muy interesantes que hacen que los usuarios, cuando se topan con la entrada de la web en las SERPs de Google, se sientan tentados a clicar. El contenido real es luego decepcionante.
Y eso tiene consecuencias. De hecho, suele producirse una tasa de rebote muy alta, lo que lleva a Google a la penalización de tu sitio web al completo y al deterioro de tu posicionamiento orgánico en esas SERPs. No es una estrategia muy conveniente. No para una empresa seria que quiera crecer de verdad.
Ejemplos
Antes hemos indicado unos cuantos ejemplos de clickbait para que lo tuvieras claro. Pero aqui van algunos más: «Este psicológo tiene algo muy importante que decirte», «El problema que está viviendo Angelina Jolie» o «21 secretos de una vida feliz». Internet se ha llenado de titulares así. Es hora de entrar a valorar hasta qué punto puede resultar provechoso o perjudicial. Es el momento decisivo.
¿Es recomendable recurrir al clickbait?
Como regla general, y si estamos hablando de un clickbait muy agresivo en el que sistemáticamente se priva al usuario de información útil para tomar una decisión fundamentada sobre hacer click o no, la respuesta es que no. Es una práctica que está asociada a la mala calidad de los sitios web y de las marcas.
Además, los consumidores que clican en un titular y luego se encuentran con una información que no está a la altura del hype despertado se sienten muy decepcionados. También muy engañados. Sabiendo lo que es el clickbait y cómo afecta a los consumidores, está claro que no es el camino correcto.
Ventajas
Pero esto no quiere decir que todo en el clickbait sea negativo. Como ya hemos comentado antes, la prensa y la publicidad llevan décadas aprovechando ciertos mecanismos psicológicos de las personas para vender su información y sus productos. Eso es innegable. Y, en ese sentido, un poco de clickbait, sutil y elegante, puede sernos de utilidad para ganar visitas y aumentar la imagen de marca. Tenlo en cuenta.
Desventajas
Además de las consecuencias del clickbait en la confianza de los usuarios y en tu relación con ellas, hay otro aspecto clave a tener en cuenta: te proporcionan un tráfico de mala calidad. A fin de cuentas, ellos entraron a tu sitio web buscando algo que les prometía un titular o un anuncio, pero que no existe. ¿De qué le sirve su visita a tu marca si no vive de las visitas sino de las conversiones? No tiene sentido.
Trucos
Recapitulemos: un clickbait muy duro resulta completamente desaconsejable por un montón de razones. Es mejor optar por un clickbait blando que no deteriore tu imagen de marca. Y para eso debes conocer algunos trucos muy interesantes. ¿Uno de ellos? Crear titulares provocativos y misteriosos que, sin embargo, sí sean reales y no prometan algo que no proporcionarán después. No comprometas tu credibilidad.
Además, también puedes aprovechar el poder de las listas. De todos los ejemplos de clickbait que viste a lo largo de este artículo, aquellos que tenían que ver con números son los menos malos. De hecho te pueden aportar mucho. Y es que a los usuarios les encantan las listas. Si les das lo que prometes en el titular, es muy probable que recibas más likes, más comentarios y, en definitiva, un mejor engagement.
Por último, puedes aprovechar el conocimiento que tengas de tus usuarios para crear titulares más bonitos o morbosos sin necesidad de caer en la falsedad. Solo tienes que darle el enfoque que sabes que le molará a tu público. ¿Han publicado un estudio sobre la soledad y tu público son jóvenes? Habla de cómo esa soledad aparecerá tarde o temprano si no se cuidan las relaciones desde ya. Es pura estrategia.